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La Emperatriz es una mujer joven, más que lo era la sacerdotisa, hermosa y de porte real; sus cabellos son dorados.
Esto, y la abundancia de color amarillo en la carta, nos indica que la carta es más solar, por contraste con la Sacerdotisa, que es una carta lunar. Más que la sabiduría, la Emperatriz encarna la vida práctica, la fertilidad y la fecundidad.
La corona que porta, con sus doce estrellas, indica la dignidad real de quien la lleva, y la elevación de sus pensamientos; aunque el que las estrellas sean doce parece aludir a la Virgen María, Waite asegura que la Emperatriz sólo se identifica con ella en que es “refugio de los pecadores” y “madre de miles” no “reina de los cielos” ya que representa lo material.
Su vestido está bordado de granadas, como el velo de la Sacerdotisa; la granada, que como vimos simboliza la sabiduría, nos recuerda ese otro mundo espiritual del que, según la filosofía griega, provienen nuestras almas antes de entrar a la vida.
Porque la Emperatriz es la puerta a esta vida; así nos lo muestran tanto su cetro como su embarazo. El cetro es un evidente símbolo fálico, y símbolo también de un poder; el poder de dar vida.
Está rematado por el globo que representa el mundo, ya que el poder de la Emperatriz es universal. La vida que bulle dentro de la Emperatriz simboliza la capacidad de generar cosas nuevas-hijos, empresas, obras-que con el tiempo tendrán una vida propia. Es la fertilidad del ser humano, física y mental, generosa como la de la naturaleza.
El escudo que aparece al lado de la Emperatriz tiene forma de corazón, y porta el símbolo de Venus, el símbolo femenino por excelencia; mientras que la Emperatriz en el Tarot de Marsella luce en su escudo el águila, símbolo de poder masculino.
Significado de La Emperatriz en el Tarot
En este caso, Waite ha preferido poner en el escudo, que es el emblema que luce el linaje y las armas de su poseedor, y que narra su historia y la de sus antecesores, un símbolo que nos habla del amor, el placer y la feminidad engendradora. Ya que en Waite el valor principal de la Emperatriz está en ella misma como puerta de la vida-el poder de lo masculino apenas aparece.
A sus pies está el campo de trigo, dorado y solar, representando el pan de cada día que alimenta y da vida, y remitiéndonos de nuevo al principio material.
También da este campo de trigo a la Emperatriz los atributos de Démeter, diosa de la agricultura; la que enseñó a los hombres a arar y sembrar. Ella no es solo madre física, sino también madre y maestra sustentadora; enseña y da los elementos necesarios para la vida. Su trono ha sido transformado en un lecho de cojines, recordatorio del placer y la sexualidad; pero su porte en él sigue siendo regio, ya que es más que un objeto de placer.
Tras de ella advertimos un verde paisaje y una cascada; Waite nos dice que es el paraíso terrenal, el de Adán y Eva, la frontera entre lo divino y lo humano; y que la Emperatriz misma encarna ese “jardín del Edén, visible casa del hombre”.
Encarnando el Paraíso perdido, la sacerdotisa encarna todo lo de bueno y deleitable que tiene este mundo, los poderes, las riquezas, el placer, la fertilidad, y nos invita a reverenciarlo y a tratarlo con sabiduría, porque lo contrario puede llevarnos a vernos expulsados, una vez más, de nuestro Edén personal.
Normal
- Persona práctica, inteligente y creativa, que sabe poner las ideas en práctica.
- Posiblemente es mujer o un hombre con un lado femenino muy acusado.
- Esta carta también puede indicar fecundidad económica (ideas exitosas para negocios, empresas prósperas) y física (embarazo)
Invertido
- Mujer tiránica y dominadora, “castradora” a nivel físico o mental, que puede ejercer su poder sobre un varón o una mujer; una madre o jefa (o un padre o jefe posesivos en exceso) que impiden a la persona desarrollarse.
- También indica embarazos no deseados, abortos naturales, negocios fallidos o empresas que fracasan porque los implicados no ponen todo de su parte, absorbidos por actividades sociales frívolas.
Claves de La Emperatriz
Reina de la vida. El arquetipo de la madre. La base de la vida. Utilidad. Prosperidad. Inventiva. Acción productiva. Fertilidad. El arquetipo del alma conforme Jung. Nutrición. Sanación. Amor. Armonía. Unión. Síntesis. Sensualidad. Desarrollo progresivo. Comodidad material. Estatus. Reputación social. Una casa preciosa. Un precioso jardín. Exuberancia. Cariño y amor físicos. Sexualidad femenina. Matrimonio. Ganancia. Fecundidad. Embarazo: Instintos maternos. Buena voluntad de asistir a el resto. Nacimiento. Maternidad. Empezar el proceso de la vida. El resultado triunfante del trabajo duro. Potencial alcanzado. Realeza. Buena fortuna. Madre tierra. Madre naturaleza.
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“EL TAROT, LIBRO ABIERTO” de Rozonda Salas